Comer por la nariz promete perder 22 libras en 10 días
lunes, 23 de abril de 2012
12:34 p.m.
Miami.- Una dieta basada en alimentarse por la nariz promete
perder diez kilos en diez días, algo que se ha convertido en todo un
éxito entre novias de Estados Unidos en los días previos a la boda, pese
a las críticas y advertencias de los especialistas.
Conocida como la dieta KE (Ketogenic Enteral), es
promocionada desde hace menos de un año por el médico Oliver di Pietro,
que, desde su clínica de Miami, defiende que sus pacientes "no pasan
hambre porque el suministro de alimento es constante" (800 calorías al
día) y pierden "cerca del 10 % de su peso en diez días".
Según
detalló hoy a Efe una portavoz de ese centro, consiste en introducir en
el organismo, por un tubo nasogástrico que el paciente lleva puesto 24
horas al día durante todo el tratamiento, una solución de aminoácidos,
vitaminas y minerales "muy parecida a la que se suministra en los
hospitales a quienes no pueden comer".
El tratamiento cuesta 1.500 dólares y se está haciendo muy
popular entre novias a las que no les importa estar diez días con un
tubo en la nariz con tal de perder peso antes de la boda.
"Entre
las novias y entre todo tipo de mujeres. Es normal: qué mujer no quiere
perder 20 libras (9 kilos) en diez días", dijo entre risas la portavoz,
quien apuntó sin embargo que también son muchos los hombres que acuden a
este doctor por problemas de sobrepeso y cardíacos, así como por
cuestiones estéticas.
"El doctor tiene un paciente italiano que ha
hecho la dieta dos veces y que precisamente el otro día llamó a la
clínica y contó que tenía una nueva novia y que estaba muy contento por
haber vuelto a un peso que le permitía tener citas de nuevo", explicó.
La creciente popularidad de esta dieta -disparada desde que la semana pasada el diario The New York Times publicó un artículo sobre ella- está desatando preocupación y críticas de los expertos.
"Sacrificar
la salud, la ética médica y la alegría prenupcial por la pérdida rápida
de peso? ¡Simplemente no!", resumía hoy el director del Centro de
Investigación Preventiva de la Universidad de Yale, David Katz, al ser
preguntado por este método, que en su opinión viola la ética profesional
y supone un peligro para el hígado, los riñones y la estructura ósea
del paciente.
"Pero lo verdaderamente lamentable es que transforma un
tratamiento médico en una indulgencia fácil a la vanidad impulsada por
el capricho", apunta el doctor en una columna difundida hoy por el
Huffington Post.
En su opinión, "abre un nuevo mundo de ideas
sorprendentemente malas", como ayudar a perder peso recomendando el
vómito forzado, aplicando quimioterapia a alguien sano para provocarle
vómitos, anestesiándole o induciéndole a un estado de coma.
"Básicamente
apoya la idea de que cualquier medio es bueno para perder peso. Siendo
así, por qué no diez días prenupciales a base de cocaína? Funcionará tan
bien o mejor, y al menos será más divertido que una sonda
nasogástrica", ironiza Katz.
"Este método es nuevo en Estados
Unidos, pero lleva ocho años aplicándose en Europa", asegura al respecto
la portavoz de Di Pietro, quien agregó: "¡Qué puede haber más seguro
que la dieta que se da todos los días a enfermos de todo el mundo para
salvarles la vida!"
Casado con una mujer italiana y de origen italiano, Di Pietro supo de este sistema durante un viaje a Roma y decidió exportarlo.
La
avalancha de nuevos clientes y de llamadas de medios de comunicación
está siendo tal en los últimos días que Di Pietro ha decidido designar
una portavoz como interlocutora y no volver a hablar con los medios
hasta la semana próxima, cuando concederá una entrevista a CNN.
El
propio Di Pietro, con antecedentes de obesidad en su familia y que ha
llegado a pesar más de 110 kilos, no ha dudado en realizar su propia
dieta en varias ocasiones.
"Se trata del impulso inicial, que, con
unos resultados tan drásticos, elevan la moral y animan a mantenerse",
explicó. "Luego el doctor recomienda una nueva dieta, generalmente con
carbohidratos, que ayuda a mantenerse o a seguir perdiendo peso más
lentamente".
Di Pietro, que dice tener 25 años de experiencia como
doctor, asegura someter a sus pacientes a un examen médico y
psicológico previo y les pide que durante el tratamiento acudan a la
consulta tres veces para supervisar su evolución.
En alguna ocasión incluso dice haber tenido que rechazar a clientes por su reducido índice de masa corporal.
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