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miércoles, 12 de junio de 2013

Ex juez Irizarry Yunqué no figuró como sospechoso del crimen de su esposa

06/12/2013 | 07:52 p.m.

Hoy fue el cuarto día del juicio que se sigue contra Aida de los Santos Pineda, acusada de asesinar a Georgina Ortiz Ortiz, esposa del juez. (juan.martinez@gfrmedia.com) 
Hoy fue el cuarto día del juicio que se sigue contra Aida de los Santos Pineda, acusada de asesinar a Georgina Ortiz Ortiz, esposa del juez.
El exjuez del Tribunal Supremo de Puerto rico, Carlos Irizarry Yunqué, nunca figuró como sospecho del asesinato de su esposa Georgina Ortiz Ortiz, pero el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) le tomó una muestra bucal para efectos de comparación a petición de la agente investigadora del caso, Ormarie Roque.
En el cuarto día del juicio que se sigue contra Aida de los Santos Pineda, quien está acusada de asesinar a Ortiz Ortiz el 17 de agosto de 2010, el técnico de huellas, David Betancourt, y la técnico de control y custodia del ICF, Yamaira Falú Carrasquillo, también declararon que se hicieron pruebas bucales para identificar ADN a otras 11 personas, incluyendo a la acusada, por petición de Roque.
En testimonios separados, ambos señalaron que en la solicitud de análisis de Irizarry Yunqué y de otra persona identificada por su nombre de Ronaldo Pichardo, del 3 de septiembre de 2010, no se identificada a de los Santos como sospechosa del crimen.
Pero el nombre de la empleada doméstica apareció como sospechosa en la solicitud de análisis de su prueba bucal y de las muestras de cabello, realizadas el 10 de septiembre de 2010.
Ese documento, según Betancourt, establece que de los Santos se sometió a la prueba "voluntariamente".
Ante un jurado compuesto mayormente de mujeres, el técnico de huellas explicó que visitó el apartamento 5B del condominio Laguna Terrace en el Condado, San Juan, un día después de que el exjuez encontró el cuerpo ensangrentado de su esposa en el suelo de la residencia familiar.
Relató, a preguntas de la fiscal Elba Acevedo Pérez, que intentó levantar posibles huellas latentes utilizando polvo de grafito negro. Como parte de su trabajo trató de levantar huellas en las superficies lisas y en las áreas que normalmente tocan las personas como las puertas, las perillas y los interruptores de luz, pero que no identificó huellas en el apartamento donde ocurrió el crimen.
"En este caso, no fue positivo el levantamiento de huellas", afirmó el perito, quien también rindió un informe con sus hallazgos, que se admitió como prueba en el caso.
Entonces en el contrainterrogatorio del abogado Juan Nevárez García, quien representa a la acusada junto a los abogados Lucille Borges Capó, Aarón Fernández Flores y Jesús Peluyera Santiago, reconoció que no trató de levantar huellas en todas partes como en el marco de madera de la puerta del baño, donde había sangre, porque se trata de una superficie porosa donde el químico tiene dificultad para penetrar.
Aseguró que trató de levantar huellas con el polvo de grafito en timbre del apartamento y el tope de la cocina, pero que en su informe no documentó en detalle los lugares que trabajó para huellas.
El informe solo consigna, según leyó, que se trabajó el interior apartamento. Explicó que tampoco se tomaron fotos de los lugares donde intentó levantar huellas porque solo se toman fotografías de los puntos donde se identifica una huella.
A preguntas del abogado, el perito también pareció confundirse al indicar que tomó la muestra bucal de Irizarry Ortiz, pero que no lo vio físicamente en el ICF.
Nevárez García preguntó a Falú Carrasquillo si el nombre del exjuez había aparecido como sospechoso del crimen.
"No", respondió la mujer.
Fiscalía no sienta al hijo de la víctima
En la mañana, la fiscal Acevedo Pérez le informó a la jueza Eloína Torres Cancel que no sentará a José Palau Ortiz, hijo de la víctima, como testigo en el caso, pero que lo ponía a disposición de la defensa.
Luego de entrevistar al hombre, los abogados de la defensa determinaron sentar a Palau Ortiz como testigo de la defensa. El hombre quedó citado para el 24 de junio próximo.
Posterior a la renuncia de Palau Ortiz como testigo de cargo, el agente del Cuartel de Loíza, Carlos Pérez Rosado, declaró que al llegar al apartamento de la pareja la tarde del 17 de agosto de 2010, encontró al exjuez lloroso y sentado en una butaca cercana al lugar donde yacía el cuerpo de su esposa.
Además, indicó que la escena del crimen parecía alterada por la forma en que se encontraba el cadáver, el cuchillo y las chanclas de la víctima.
"Lo vi lloroso. Me entrevisto con el viejito, que estaba triste, destrozado y llorando", relató el décimo testigo del ministerio público.
Pérez Rosado relató que llegó al condominio alertado por una comunicación del Centro de Mando, que informó sobre un aparente suicidio.
Esta comunicación surgió en respuesta a la llamada que hizo el vecino Frank Funtane desde su celular informando sobre "una persona que aparentemente se había suicidado".
Esta afirmación del agente contradice el testimonio ofrecido en sala por Funtane la semana pasada, quien aseguró que "llamé a la Policía desde mi celular y digo que creo que había habido un asesinato".
Desde que inició el juicio, el jueves pasado, han surgido algunas contradicciones entre las declaraciones de los testigos.
Pérez Rosado también apuntó que el 17 de agosto, Irizarry Yunqué vestía una chaqueta gris, una camisa blanca y zapatos negros. Su ropa no tenía manchas de sangre.
El asunto de la vestimenta del exjuez, quien fue la persona que descubrió el cuerpo de su esposa y no se encuentra en la lista de testigos, surgió el lunes cuando Borges Capó cuestionó a la nieta de Irizarry Yunqué, Lida Isis Egele Irizarry, sobre una chaqueta que sobresalía de un armario. Esa pregunta parecía sugerir que el exjuez se pudo haber cambiado de ropa.
La defensa ha enfilado sus cañones hacia el exjuez desde el inicio del juicio en un intento por vincularlo al crimen de su esposa.
El agente aseguró que pese a que la llamada que recibió alertaba sobre un posible suicidio, al llegar a la escena le pareció "sospecho" la forma en que cayó el cuerpo, que se encontraba boca abajo.
"Alguien que intenta suicidarse no deja las chancletas al lado", indicó el agente sobre la base para sospechar que la escena se había alterado por la persona que cometió el crimen.
"El cuchillo básicamente estaba en sus manos, (cuando uno comete suicidio) no cae en las manos, cae retirado", agregó.
El agente también descartó el robo como móvil del crimen porque todo en el lugar estaba en orden y la víctima tenía sus prendas, incluyendo un reloj de oro marca Cartier.
El juicio sigue este viernes

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