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miércoles, 24 de abril de 2013

Familia de Brendalí Sierra recuerda su cumpleaños

04/24/2013 | 07:39 p.m.





Hoy continuó el juicio que se sigue contra José Manuel Rodríguez Rodríguez, alias El Brujo.

Hoy continuó el juicio que se sigue contra José Manuel Rodríguez Rodríguez, alias El Brujo. (juan.martinez@gfrmedia.com) 


La tasadora Brendalí Sierra Ramos hubiera cumplido 40 años este miércoles. En vez de reunirse para celebrar la vida de la benjamina de la casa, su familia ocupó en la tarde el primer banco de la sala 704, del Tribunal de Bayamón, para escuchar detalles de las últimas horas de su vida y de su muerte.
En la continuación del juicio que se sigue contra José Manuel Rodríguez Rodríguez, alias El Brujo, declaró el agente de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones de la Policía, Simón Rosa, quien repasó la evidencia encontrada en el sector Tío Mito en Bayamón, donde apareció el cuerpo de mujer el 8 de septiembre del 2011, y ofreció pormenores de la santería, religión que practicaba la víctima y su familia.
En ese testimonio, sin embargo, el agente Rosa no mencionó que “Brendi” como le llama su hermana, la fiscal Yanira Sierra, era una mujer que gozaba la vida con intensidad y que en los meses previos a su deceso saltó en paracaídas de un avión durante una visita a Las Vegas, Nevada.
“Eso solo es una parte de quien era Brendalí, porque su vida fue muy hermosa”, apuntó al concluir los trabajos Miriam Moret, esposa de Jesús Sierra, padre de la víctima. “Es muestra manera de recordarla, de estar presentes aquí porque ella no puede estar”, agregó Yanira, la hermana del medio y “compinche” de Brendalí.
Pese a que durante los trabajos del día Yanira lució triste y como que aguantaba las lágrimas, un brillo intenso iluminó sus ojos cuando habló de su hermana.
“Ella decía que bailar te alimentaba el espíritu”, comentó entre risas.
Jesús Sierra recordó que su hija era una atleta consagrada, que se destacó en el deporte de la natación y que antes de su muerte incursionó en el golf.
Como tributo a la vida de la vivaracha mujer, sus amigos colocaron un arreglo floral con globos en el lugar donde descansan sus restos, reveló su hermana.
Minutos antes, en la sala de la jueza Vivian Duriex Rodríguez y un jurado de ocho mujeres, cuatro hombres y tres mujeres suplentes, el agente investigador repasó los detalles de su investigación y de la forma en que se recopiló la evidencia que se utiliza en el proceso criminal.
Explicó que la noche del 8 de septiembre, utilizó una soga para bajar al lugar boscoso en el que apareció el cuerpo de la mujer, que en ese momento tenía 38 años. Otros tres investigadores forenses también bajaron con la ayuda de sogas que proveyó la Agencia para el Manejo de Emergencias.
Ante un jurado que parecía absorto con su relato, describió las fotos que tomó un investigador forense ese día y que mostraban el cuerpo de Brendalí en el suelo y boca arriba.
Varios jurados de la segunda fila se inclinaron para observar las fotografías de la herida y de cuerpo. Otro en la primera fila frunció el ceño y movió la cabeza durante la presentación de las fotografías.
Rosa también relató como la agente Fernanda Velázquez, de la División de Servicios Técnicos, le mostró una vela blanca y una bolsa que encontró en el área cercana al lugar en el que apareció con un cristal roto la guagua BMW de Sierra, la mañana del 8 de septiembre.
Como parte de un extenso testimonio, que todavía no ha concluido, detalló que dos días después de la aparición del cuerpo regresó al lugar con agentes del Federal Buró de Investigaciones (FBI) para buscar más evidencia que ayudara a aclarar el asesinato de Sierra Ramos.
En esa visita, Rosa señaló que encontró en el área cercana al lugar donde apareció la víctima dos botones de su blusa, un casquillo de bala, un moño verde y enterrado en el tronco de una mata guineo una bolsa con una piedra.
Como parte de su investigación, Rosa solicitó información de los dos teléfonos celulares de Sierra Ramos, que después de su muerte fueron vendidos a un negocio similar a una casa de empeño.
Subrayó que unas de las últimas llamadas del celular de Brendalí ocurrida el 7 de septiembre, cercano a las 8:00 p.m., era del celular del acusado.
Indicó también que en primera entrevista que le hizo a Rodríguez Rodríguez, quien era el padrino espiritual de la víctima, él le contó que la noche del 7 de septiembre, Sierra Ramos llegó a su casa para una ceremonia para realizarle su santo.
Como parte de este proceso, según el agente, el acusado le entregó una vela.
“Él me dice que ella se marchó y que luego él le hace una llamada”, indicó.
La ceremonia del santo se repitió, de acuerdo al agente, porque el padrino espiritual previo de Sierra Ramos se había enamorado de ella y eso no era aceptado dentro de esta religión.
Rosa también indicó que en una entrevista a Luis Rivera, cuñado de Sierra Ramos y esposo de Yanira, él le indicó que el acusado le había indicado que “cuando Brendalí salió de su casa iba acompañado por Jinga, Juan Laureano Pérez, conocido como MacGyver”, apuntó el agente.
En su testimonio, el agente Rosa también presentó al acusado como una persona que pedía dinero a sus conocidos de la religión y que realizó transacciones con cheques que no tenían fondos.
El juicio sigue el próximo martes con la continuación del testimonio directo del agente Rosa y el contrainterrogatorio de la abogada Glorimar Acevedo, de la Sociedad para la Asistencia Legal.
El proceso legal no continuará este jueves, como estaba pautado, ni el viernes, para darle tiempo a la abogada de la defensa para recurrir una decisión de la jueza Duriex Rodríguez, quien declaró no ha lugar una petición de supresión de las declaraciones incriminatorias que el acusado ofreció a las autoridades.
Acevedo argumenta que su cliente declaró bajo engaño ante una oferta de inmunidad del ministerio público. Los fiscales, por su parte, rechazan que hubiera un acuerdo y aseguran que habló libre y voluntariamente.

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